Estética de las líneas. «Amigos y poca gente»

30 diciembre, 2012

Al filo de lo imposible (Cecilia Buil y Elena de Castro)
cecilia buil

cecilia buil

La serie emite nuevos capítulos grabados junto a Edurne Pasabán y la Asociación Montañas sin Barreras. El programa se puede ver los viernes a las 13,10 h y los domingos a las 21 h por la 2 de TVE o a través de la página web  de la serie.
Con la emisión de estos capítulos ‘Al Filo’ cierra el ciclo iniciadoen el año 2003 dedicado a apoyar a Edurne Pasabán en su sueño de ser la primera mujer en el mundo en conseguir las catorce cumbres de más de ochomil metros.Además ‘Al Filo de lo Imposible’ emitirá próximamente una serie de seis documentales dedicados a algunos de los especialistas que han protagonizado parte de la historia de ‘Al Filo’ y que, por la propia naturaleza de sus actividades, han sido poco conocidos a nivel mediático. Se recordarán los mejores momentos y se verá cómo han cambiado sus vidas. Entre los personajes en la nueva serie se incluye la escaladora Cecilia Buil y el alpinista Carlos Soria.’Al filo de lo imposible’ es un programa que ha hecho vibrar a los espectadores con imágenes que combinan belleza y riesgo, pero que ante todo transmite unos valores claros: amor por el deporte, compañerismo y espíritu de superación.


La Comunidad de Madrid ha comenzado a cobrar los rescates de montaña ¿sin previo aviso?

3 noviembre, 2011

Helicóptero del SUMMA

Según informa la FMM, el pasado 10 de agosto un deportista federado tuvo un grave accidente en Guadarrama, en el que intervino un helicóptero medicalizado del SUMMA. Dos meses después, una factura de 5.452 euros ha llegado a las oficinas de la Mutualidad General Deportiva, que se va a hacer cargo del siniestro. La situación económica parece que provoca procederes como éste, ya que al parecer se ha cobrado hasta la asistencia en el hospital de La Paz.

Ésta es la nota de la Federación Madrileña de Montañismo. No añadimos nada más:

“El pasado 10 de agosto un deportista federado en la FMM tuvo un grave accidente en la sierra de Guadarrama. En el rescate intervino un helicóptero medicalizado del SUMMA. Dos meses después, una factura de 5.452 € ha llegado a las oficinas de la Mutualidad General Deportiva, quien se hará cargo del siniestro. La oportuna inclusión de los rescates en España dentro de la póliza de la FMM, se ha estrenado con este nuevo cambio de criterio respecto a los cobros, por parte de la administración madrileña. El próximo año el cobro de los rescates también será una realidad en diversas comunidades autónomas, que se encuentran actualmente en una situación financiera por todos conocida.

Puestos en contacto con el SUMMA, nos confirman que no es la primera factura que emiten como consecuencia de una intervención en un accidente deportivo aunque matizan que éstos han sido en la práctica de otras modalidades deportivas no relacionadas con la montaña. Comentan que, además, en este caso es muy probable que a la factura del rescate se le sume la ocasionada por la atención de la víctima en el madrileño hospital de La Paz.

Sin duda alguna, uno de los pilares en la prevención de accidentes en montaña es la adecuada formación deportiva. De los más de 10.000 deportistas federados en montaña en Madrid, el índice de accidentes es relativamente bajo – un 3,5 %-, de los cuales, un 80 % de los casos son lesiones leves (esguinces, torceduras o tendinitis), siendo la actividad de senderismo o montañismo la responsable del 60 % de los mismos, al tratarse del colectivo menos tecnificado.”

Por REDACCIÓN BARRABES.COM


Recorrer el mundo en busca de un reto

2 agosto, 2011

ENRIQUE ALPAÑÉS – Madrid – 02/08/2011 ELPAIS.COM

REPORTAJE: Recorrer el mundo en busca de un reto

Los viajeros del siglo XXI abrazan el globo buscando una meta que no entiende de fronteras

Tres meses después de empezar su viaje por el mundo Kepa Acero despertó en la cubierta de un barco pesquero, en algún punto entre Java y Sumatra. Se dirigía a la pequeña isla de Panaitán, una reserva natural donde «no hay nada ni nadie». A su lado, dos pescadores de la zona. Al frente, la ola que llevaba meses buscando por todo el mundo. Este vizcaíno de 31 años lo describe como uno de los momentos álgidos de su experiencia en Five Waves, un proyecto que le llevó a dar la vuelta al mundo en busca de la ola prefecta.

Kepa Acero en un momento de su viaje por Indonesia (Fivewavessurf | 01-08-2011)

Kepa Acero no sabe cuántos países ha visitado. Lleva viajando desde los 15 años, cuando recibió su primera beca para surfear en EEUU y en Australia. De su etapa como surfista profesional guarda amigos, buenos recuerdos y títulos como el de campeón de Europa sub-18. Pero había algo que no acababa de convencerle. «Tenía la sensación de viajar por todo el mundo y no conocer nada. Ibas 20 minutos de competición a una sola playa y de ahí a tu hotel» recuerda Acero en conversación telefónica.

Kepa Acero no sabe cuántos países ha visitado. Lleva viajando desde los 15 años, cuando recibió su primera beca para surfear en EEUU y en Australia.

Así que un día decidió hacer lo que siempre había hecho, pero alejado de los circuitos profesionales. «Cogí la mochila y las tablas y decidí conocer las tierras andando, desde las raíces» De eso hace ahora dos años. Diferentes proyectos como Five Waves o La Ruta Norte le han llevado por los rincones más escondidos del mundo. Para financiarlos necesita la presencia de un patrocinador, pero de momento las expediciones de Acero han levantado el suficiente interés como para que alguien se los financie. La que está preparando ahora, La última frontera, le llevará hasta los círculos polares. Un destino cuanto menos exótico para un surfista. «Es la exploración pura. Para eso tienes que irte a sitios muy salvajes, esa dificultad tiene el encanto y el romanticismo que estoy buscando». El próximo 21 de agosto Kepa Acero partirá hacia lo desconocido. Primero irá al norte, a cazar olas a Alaska hasta que desaparezcan los días y empiece la noche polar. Luego pondrá rumbo al sur, a la Patagonia en busca de sol, persiguiendo un verano que tiene una temperatura máxima de 10 grados centígrados.

Kepa Acero habla a trompicones, vomita palabras con precisión de ametralladora, callándose a veces en busca de munición. Tiene las cosas claras. No siempre fue así. Cuando empezó esta aventura estaba perdido. «Tenía las ideas sin ordenar» recuerda Acero de aquella época. Les dio forma en una conversación con Eneko e Iker Pou. Los hermanos Pou acababan de finalizar con éxito un proyecto similar al de Acero, solo que en lugar de viajar buscando olas, ellos buscaban paredes que escalar. Dieron la vuelta al mundo en vertical. Pasaron el día de Navidad del 2007 escalando en la Antártida. Un día y una hora para coronar The Three Pigs, la última pared que les separaba de conseguir completar su ambicioso proyecto, Siete Paredes Siete Continentes.

Iker Pou, en primer plano, en la cumbre del Naranjo de Bulnes espera a su hermano Eneko (TIM KEMPLE | 01-08-2011)

La familia Pou está acostumbrada a su ausencia. Cada año, desde hace doce, estos dos hermanos pasan entre seis y ocho meses fuera de casa. Iker y Eneko se llevan tres años (tienen 37 y 34 años respectivamente) y siempre han tenido aficiones en común. El montañismo ha sido una de ellas. «En el 2003 idee el proyecto Siete continentes, siete paredes porque quería hacer algo bonito con mi hermano» cuenta Eneko en su página web http://www.pouanaiak.com . Desde entonces hasta ahora han recorrido todo el mundo en pos de un nuevo reto que confiesan es cada vez más difícil de encontrar. Es una vida nómada e inestable, que depende en gran medida de la financiación de un sponsor. Pero de momento no les faltan marcas que patrocinen sus escaladas. Ahora mismo están en los Alpes y en las próximas semanas se irán a Brasil, probablemente a Río de Janeiro aunque aún no lo tienen decidido. Antes han estado en Madagascar, Australia, Pakistán… así hasta 70 nuevas rutas en otras tantas paredes del mundo, muchas de ellas inexploradas hasta su paso, como la española del Naranjo de Bulmes, considerada la pared más difícil a nivel mundial.

Pero el reto no solo espera en las empinadas paredes o en la cresta de la ola. Para llegar hasta la Antártida, los Pou zarparon de un pequeño velero desde Ushuaia y surcaron el traicionero Mar de Drake. Para cabalgar olas namibias rodeado de focas, Kepa Acero tuvo que recorrer el desierto con un pequeño golf blanco. «En esos momentos de soledad tu cabeza da muchas vueltas y te sientes muy pequeño» recuerda Acero de su travesía por el desierto.» Te acuerdas de lo que has hecho bien lo que has hecho mal… A veces lloraba por las noches. Es como si tu vida se parara y pudieras observarla. Luego continúas, pero igual habiendo aprendido algo más de ti mismo.»

Los hermanos Pou están en los Alpes y en las próximas semanas se irán a Brasil. Antes han estado en Madagascar, Australia, Pakistán… así hasta 70 nuevas rutas, muchas de ellas inexploradas

Nick Risinger hizo más de 37 mil fotos de su viaje por Norteamérica y Sudáfrica. Este estadounidense aparece en ninguna de sus instantáneas. Tampoco hizo ninguna foto de la gente que conoció a lo largo del año que pasó viajando por varios desiertos. Sus fotografías tenían un único objetivo. El cielo.

Risinger no es un deportista de élite como Kepa Acero y los hermanos Pou. Tiene 28 años, lleva gafas y le gustan el cine y la astronomía. Pero por perseguir su sueño corrió un destino muy similar al de estos tres vascos. Decidió dejar su trabajo como director de marketing en Seatle, EEUU, para dedicarse en cuerpo y alma fotografiar el firmamento. Se metió en el cuerpo 72.500 kilómetros por aire, y casi 25.000 por tierra para cazar estrellas. Para hacer miles de fotografías del cielo y después juntarlas en un complicado collage celestial. Lo hizo acompañado de Tom, su padre. «No fue una decisión fácil» recuerda Risinger en conversación con EL PAÍS. Pero ha sido una experiencia «maravillosa y enriquecedora».

Para realizar sus fotografías, Risinger tuvo que viajar a los rincones más inhóspitos de EEUU, a los desiertos más profundos, donde la luz de la noche no viene de las farolas sino de las estrellas. Nevada, Oregón, Texas y Colorado fueron algunos de sus destinos. Después cogió sus seis cámaras sincronizadas, cogió su trípode que gira al compás de la rotación de la tierra. Risinger cogió su maleta y se fue a Cabo Septentrional, una región semidesértica que pasa por ser la más despoblada de Sudáfrica. Tenía que hacerlo para retratar las estrellas visibles desde el hemisferio sur. Allí pasó tres semanas, en el refugio de unos campesinos locales. La vida, la gente, el paisaje tanto celestial como terrestre de Sudáfrica, es el mejor recuerdo que guarda de sus viajes por los desiertos americanos y las estepas africanas.

También recuerda las largas horas en la carretera, el peregrinaje continuo en busca de un lugar sin contaminación lumínica. Y las noches enteras sin dormir, viendo como sus seis cámaras no paraban de fotografiar el cielo (hasta 2.000 instantáneas podían tomar en una noche) mientras su padre dormía en el coche.

El pasado enero, Risinger terminó su trabajo de campo y se encerró en su piso de Seattle. Después de unos meses tenía montada la fotografía final. Había conseguido su objetivo después de recorrer más de dos veces la longitud del ecuador terrestre. Había puesto fin a su viaje. A principios de mayo colgó el resultado final en su página web http://www.skysurvey.org. Es una macrofotografía de 5.000 megapíxeles, un mapa interactivo de las estrellas, en el que el usuario puede acercarse y explorar todas las constelaciones visibles desde la tierra. «He pasado infinidad de horas mirándolo» confiesa Risinger, «y justo cuando creo que no hay nada más que ver, me sorprende un nuevo descubrimiento.»

Su trabajo ha recibido el reconocimiento de la comunidad científica, además de conseguir más de dos millones y medio de visitas a su web.»Me pagué esto de mi bolsillo, no tenía intención de hacer dinero con ello, pero igual ahora puedo aprovechar la oportunidad» comenta Risinger desde su apartamento en Seattle. De momento no tiene planes de volver a abandonar su ciudad. Quiere rentabilizar su proyecto y no hay nada ahí afuera que le llame la atención lo suficiente.

Mientras tanto, en Bizkaia, Kepa Acero continúa planeando rutas, investigando en Internet. Preparando un viaje que le llevará de Alaska a la Patagonia, en busca de nuevas olas, de nuevos lugares. El mar, a diferencia de las estrellas, es cambiante y siempre ofrece nuevos retos. «Cada uno tiene un sueño» concluye Acero pensativo. «Este es el mío, y no voy a dejarlo por las imposiciones de la sociedad. Tienes que luchar por aquello que te gusta. Pero a la vez soy realista, sé que llegará el día en que tenga que dejarlo, pero ahora no pienso en ese momento», sentencia. Y su discurso vuelve a las olas, a las nuevas culturas por conocer, a los rincones olvidados. Ahora no piensa en ese momento. Ahora piensa en Alaska.


Los escaladores, más cerca del olimpismo

30 julio, 2011

kepa garcía – Jueves, 28 de Julio de 2011. noticiasdenavarra.com

Los escaladores, más cerca del olimpismo

Los practicantes de esta modalidad ven positiva la decisión del coi de incluir la escalada entre los candidatos a deporte olímpico

La pamplonesa Maialen Ojer, en una escalada en Marruecos. (CEDIDA)

La decisión adoptada por el Comité Olímpico Internacional (COI) esta semana en Durban (Sudáfrica) de incluir a la escalada deportiva dentro de la lista de ocho deportes que optarán a una plaza vacante en los Juegos Olímpicos de 2020 ha sido muy bien acogida entre los escaladores navarros, se dediquen o no la modalidad deportiva, al considerar que la medida puede suponer el empujón definitivo hacia una especialidad deportiva que va a más, sobre todo entre los más jóvenes.

Pero el complejo sistema del COI hará necesario que antes haya que cumplir una serie de pasos, como se encargó de señalar Lluis Giner, director técnico de la FEDME, para quien la decisión del COI es «un paso más que hacía falta dar, es un paso muy importante con el que las aspiraciones olímpicas siguen despiertas y vivas».

La pamplonesa Maialen Ojer, en una escalada en Marruecos. (CEDIDA)

No es la primera vez que el asunto se debate en los foros internacionales, aunque el anuncio del COI supone para el pamplonés Unai Mendia un buena noticia. «Lo que sin duda va a ocasionar es que se produzca un aumento del rendimiento de la escalada deportiva, que se estudie más, que haya mejores materiales». Sin embargo, se considera un poco alejado de esta realidad, pese a tener en cuenta las posibilidades de futuro de la escalada deportiva. «Es una especialidad nueva como quien dice, con practicantes muy jóvenes en su mayoría donde el nivel sube año tras año. Considero que la montaña será siempre la montaña, y allí la competición no tiene mucho sentido, la única es la de uno mismo contra los elementos».

Mikel Zabalza, uno de los montañeros navarros con más experiencia, también acogió muy positivamente la noticia. «Lo normal es que se produzca un avance en todos los sentidos en este deporte. Comenzará a mejorarse los sistemas de preparación y la planificación. Se ve que hay una buena base y a lo mejor esto sirve para su consolidación y desarrollo».

LA CANTERA SUBE FUERTE. Y para demostrarlo basta recordar que hace quince días, un pamplonés de 16 años, Jon López Lumbreras, obtuvo la medalla de plata en el campeonato nacional de la modalidad disputado en Gijón hace tres semanas. Junto a él acudieron varios escaladores navarros, que volvieron del torneo ocupando puestos de honor.

Para ellos es el futuro de la escalada deportiva, pero antes de que el COI adopte la decisión definitiva el camino será largo. Después de haber valorado la trayectoria de la escalada deportiva, los requerimientos técnicos que exige el Comité Olímpico son complicados, ya que tienen en cuenta los países practicantes, continentes, número de participantes y pluralidad de los mismos, mujer integrada plenamente en la escalada, imagen, formato olímpico, juventud, expansión, respeto, valores, antidoping, etc. Además, existen otros requisitos referidos al márketing y la política más difíciles de evaluar, como sucede con los derechos de imagen, cobertura televisiva o el hecho de ser una federación nueva dentro de federaciones olímpicas.

El azpeitiarra Gorka Carapeto es uno de esos escaladores que en un momento dado probó la competición y le gustó, aunque su trayectoria personal le haya llevado por otro camino. «Es algo muy interesante, mirando sobre todo a las nuevas generaciones. Personalmente a mí me gusta la competición, me divierte, y aunque no tengo muy claro la evolución, creo que la montaña y la competición llevarán caminos separados». El aragonés Manu Córdova, por su parte, aseguró que la opción abierta por el COI tendrá que ser confirmada por los hechos.

De momento, el COI fijará su atención en tres eventos: campeonato del mundo Arco 2011, campeonato del mundo París 2012 y World Games 2013 (Cali, Colombia). Para conseguir que todos sean un éxito, el presidente de la federación internacional, Marco Scolaris, anunció la creación de un comité específicamente dedicado a reforzar el camino olímpico de la escalada, en el que también participarán las delegaciones en Asia y América.

Pero la escalada no es la única que sale de Sudáfrica con el sueño olímpico, ya que en la lista de ocho deportes candidatos propuestos por el COI se incluye, además, el béisbol, el kárate, los patines, el sóftbol, el squash, el wakeboard y el wushu (un derivado de las artes marciales). Todos ellos serán analizados detalladamente por los miembros del COI y, en la 125ª sesión del organismo internacional prevista para 2013 en Buenos Aires, se decidirá cuál de ellos es incluido en el programa de los Juegos de 2020.

A priori, parece que la competencia más difícil podría estar en el béisbol y el sóftbol. Además, cuentan con el hecho de haber sido ya disciplinas olímpicas, condición que perdieron tras los últimos Juegos de Pekín 2008, y ya no estarán en Londres 2012. El kárate, los patines y el squash ya habían figurado otras veces en esta lista de candidatos, mientras que la escalada deportiva, el wakeboard y el wushu lo consiguen por primera vez. Otros cuatro deportes (baile, surf, bolos y netball) no pasaron el filtro del COI. El futuro no será para ellos, pero la escalada deportiva tiene una oportunidad para alcanzar la cima antes que los demás. Comienza la subida.


Arnés de cuerda

12 julio, 2011

Por OMAR POVEDA. Capitán de cuerdas en la MONTAÑA DEL OSO


Edurne Pasaban: Ya tengo proyectos para el año que viene

1 junio, 2011

01/06/2011
Ya tengo proyectos para el año que viene
Como os decía ayer estamos apurando las últimas horas en Katmandu y ahora puedo escribir algo más extenso. ¡Hace tiempo que no tenía tantas ganas de estar en contacto con la civilización! Manejo sentimientos de todo tipo, de cansancio, de decepción, de tristeza, pero uno muy grande sobresale: necesito tiempo para mí, para olvidar todo, quiero centrarme en mí, en volver a casa, y en los míos. No quiero hablar, ni pensar, ni leer nada más de todo lo ocurrido estos últimos días. Todo ya ha pasado y ahora cerremos el libro del Everest por este año, dejémoslo en la estantería de los recuerdos y quizá lo abramos el año que viene, pero eso sí, en unas paginas nuevas, para escribir una nueva historia.Los últimos dos días en el campo base fueron raros. Ya no quedaba nada, sólo las ultimas expediciones recogiendo, casi todas comerciales, Russell, los hermanos Benegas y nosotros. Estuvimos todos muy en familia y fue raro. Todo lo ocurrido nos había unido mucho y cuando estábamos desmontando el campo base tenía esa sensación de que todo se terminaba y no quería, no quería, alejarme de ellos. Es como cuando éramos adolescentes y nuestros padres nos enviaban a un campamento y el día de regresar llorábamos por que ya nos despegábamos de nuestros amigos. La sensación era igual. Nosotros nos volveremos a ver, seguro, en otra ocasión, pero era algo realmente especial.

Salimos del campo base el día 27, hemos caminado durante tres días hasta llegar a Lukla, donde hemos cogido una avioneta a Katmandu. La bajada fue rápida, larga y dura, lo que nos había costado subir en una semana, lo bajamos en tres días. Poco a poco, a medida que nos acercábamos, nos fuimos relajando, sobre todo cuando llegamos a la zona verde, cuando vimos los campos con vida, los árboles, sentimos el olor… Entonces la sonrisa fue apareciendo en las caras del equipo y esto me relajó mucho. Todo el mundo estaba tranquilo y, es increíble, es ese el momento cuando salen los nuevos proyectos, cuando empezamos a soñar. Es muy fuerte, pero es verdad, antes de llegar a Lukla para coger el avión a Katmandu, ya había proyectos para el año que viene. ¡Biennnnnnnnnn! Esta es nuestra vida, esto es lo que nos gusta, lo que nos hace felices, por ello merece la pena vivir y seguir con ilusión. Esa pasión, es la que nos hará volver.

Ahora en Katmandu, más relajados, hemos vuelto a reunirnos con todos nuestros amigos de campo base. Ha sido divertido, ayer hicimos un asado argentino en la terraza de un hotel de unos amigos. Estuvo divertido y estaba todo el mundo. Mirabas y todo el mundo se lo estaba pasando bien porque todos estábamos relajados y disfrutando del final. Es muy grande poder vivir todo estas sensaciones en la vida.

Mañana por la tarde cogemos por fin el avión hacia casa y, como os dije, el viernes por la mañana ya estaremos en casa. Everest de este año se terminó. Todo el equipo os queremos daos las gracias por estar junto a nosotros. En esta ocasión no os hemos podido traer la cumbre, la montaña tiene eso, algunas veces deja y otras veces no. No tenemos excusas de ningún tipo por no subir, no hemos subido por que no debía ser el año para nosotros. Lo que está claro es que, seguiremos entrenándonos, seguiremos soñando, y si nos lo permiten seguiremos escalando. ¡Que es lo que nos hace feliz y nos da sentido a nuestras vidas!

Gracias a todos los que nos habéis seguido y apoyando. Y perdón para todos aquellos a los que no os gusta lo que hacemos, pero la vida hecha para gustar y para no gustar. Por lo que en definitiva gracias a todo el mundo.

Con mucho cariño


Edurne Pasaban. Diario de expedición: 48 horas de incertidumbre, trabajo y miedo

25 May, 2011

Edurne Pasaban renuncia definitivamente al Everest

Las malas condiciones meteorológicas y el cansancio acumulado en ayudar a los compañeros rescatados en el Lhotse, claves en la decisión de la tolosarra

24/05/2011
48 horas de incertidumbre, trabajo y miedo
No sé cómo empezar, cómo contar todo lo que ha pasado estos días. Tantas cosas, tantos sentimientos, tanta tristeza, tanta alegría, tanto de todo, que se me hace muy, muy difícil contarlo todo. Pero lo voy a intentar.

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El día 20 de mayo llegábamos a la una del mediodía al Collado Sur del Everest, a 8000 metros, todo el equipo, Nacho, Asier, Ferrán, Jambu, Migma, Pasang y yo. Felices. Ya estábamos más cerca de nuestro objetivo: la cumbre del Everest. Llegamos, montamos las tiendas como pudimos, pues hacia frío y viento, y nos metimos dentro de ellas. Había más expediciones, más gente en el campo, todas igual que nosotros, esperando hacer cumbre el día siguiente pero con una diferencia, con oxigeno. Nos pusimos a derretir agua Asier, Jambu y yo en una tienda, y en la otra, Ferrán, Nigma, Nacho y Passan. Felices. Era nuestra oportunidad. El día siguiente se iba cumplir nuestro sueño o por lo menos lo íbamos a intentar. Hacia las 4 de la tarde me llama a gritos Nacho de la otra tienda. Me dice que Passan y Migma se encontraban muy, muy mal. Tenían un principio de mal de altura, no podían respirar y estaban exhaustos. ¡No! ¡Problemas! No lo dudamos y les pusimos oxígeno porque su saturación era bajísima.
Pablo nos dio una pautas desde el campo base y las seguimos.  Al empezar a respirar oxigeno fueron sintiéndose poco a poco mucho mejor, pero todos estábamos muy, muy preocupados y estaba claro tenían que bajar cuanto antes. Entró la noche. Nuestra intención antes de todo era salir hacia la cumbre hacia las 10, pero las cosas empezaban a cambiar. Migma y Passan tenían que bajar enseguida y en cuanto anocheció comenzó un fuerte viento. Hacia las 10 las expediciones comenzaron a salir para la cumbre, por supuesto con oxigeno, si no era imposible soportar el frío fuera, prodvocado por el viento. Nosotros, dentro de las tiendas, debatíamos qué hacer, subir, o no. ¿Pero cómo ibamos a subir? Passan y Migma no podían moverse, hacia viento y si salíamos en pocas horas estaríamos congelados. Con toda esa incertidumbre amaneció hacia las 5 de la mañana y el viento en el collado sur no paraba. Hacia las 6 Nacho y Ferrán pasaron a nuestra tienda, donde estábamos Asier, Jambu y yo, y entre todos decidimos bajar al campo base y ayudar a hacerlo a Migma y Passan, que gracias al oxígeno estaban mucho mejor.Bajando del Collado Sur hacia el campo tres vimos como en el corredor de Lhotse había gente hacia la cumbre. Había dos personas muy arriba y un gran grupo mucho más abajo. Era el grupo de Juanito, Carlos y todo el equipo. Miramos, con un poco de envidia , por que ellos iban para cumbre. Yo giraba la cabeza y miraba a la cumbre del Everest. Ellos iban para arriba y nosotros nos bajamos. En aquel momento sientes dudas, si habíamos hecho bien  o no. Es verdad que nuestra montañas era casi 400 metros mas alta, pero siempre lo piensas. Me centré en la bajada porque ya teníamos mucho en ello. Miré hacia el corredor del Lhotse por ultima vez y les deseé mucha mucha suerte. Hacia las 4 de la tarde ya estábamos todos en el campo base, a salvo. Enseguida Pablo chequeó a Migma y Passan y vio que había sido la decisión adecuada. Parecía que el ataque a la cumbre y los problemas habían terminado. Pero no, no habían empezado. Pero no lo sabíamos nosotros.
Cuando el día 21, después de bajar de los 8.000 metros me metí a la cama, no sabia lo que nos íbamos a encontrar al día siguiente por la mañana. El día 22, a las 7 de la mañana empecé a escuchar mucho ruido fuera de la tienda. Y agitación. Escuche la palabra rescate. Salté de la cama.Había problemas en el Lhotse. ¡No por favor! Habían llegado a la cumbre, pero muy tarde y habían iniciado la bajada exhaustos y con congelaciones al C4. Había gente que no se podía mover del C4, no podía bajar por sus propios pies y, lo peor de todo, Lolo había desaparecido y no había llegado al C4 en toda la noche. ¿Qué hacemos?
Enseguida me di cuenta de que tenía que pedir ayuda a las expediciones más grandes. En una de esas están mis grandes amigos Damián y Willi Benegas. Damián estaba en el Collado sur con sus clientes pero su hermano estaba en el campo base. Y no lo dudé. Fui en busca de ayuda.Y entonces empezó todo. Enseguida, aquí en el campo base del Everest, se diseñó un equipo de rescate. Lo primero que hicimos fue llamar al campo dos para comprobar si veían a gente bajar del campo cuatro del Lhotse. Y nos dijeron que había gente descendiendo. Parece que se movían. Enseguida supimos que todo el mundo se había puesto en marcha, pero que en el C4 se quedaban Isabel y Rober, con grandes congelaciones, junto con un chico iraní.

Hablamos con Damián, que ya había empezado a bajar desde el Collado Sur y le dijimos que se fijaría por si veía a Lolo en alguna parte por encima del C4 de Lhothe. Era el único que podía ver esa zona. De repente desde el walki nos pregunta si llevaba algo naranja y le contestamos que sí. Veía algo naranja por encima del C4 en un lugar de rocas llamado “ la tortuga”.
Damián dejó a sus clientes bajando con sus sherpas y él y otro guía de su equipo, Matoco, no dudaron en subir al C4 del Lhotse. Allí encontraron a Rober y a Isa en muy mal estado, sobre todo él tenia unas graves congelaciones, y no veía. Hicieron los primeros auxilios a Rober y le vendaron los ojos. En ese tiempo llamaron a uno de sus sherpas, que estaba bajando con sus clientes, para que se diera la vuelta y ayudar. Así Rober e Isa, con ayuda de sherpa y el irani, comenzaron a bajar poco a poco.
Damian y Matoco no dudaron en ir a ver el bulto naranja que habían visto. Nuestra esperanza era nula. No sabéis la emoción que se siente aquí en el campo base cuando por detrás del walki  un exhausto Damián te dice: ¡ ESTÁ VIVO!
Lolo estaba vivo pero no se podía mover. Entonces empezaron a fijar cuerda y a rescatarlo de donde estaba porque se encontraba en una zona muy peligrosa y encima casi a 8000 metros. Realmente cuando la gente me pregunta si yo tengo héroes, héroes son este tipo de personas como Damián y Matoco, que arriesgan su vida para rescatar a una persona que apenas conocen. Y por supuesto un héroe es también una persona como Lolo por sus ganas de vivir. Por que sus palabras en aquel momento eran: “Quiero vivir”. Esos son héroes y nadie más.Aquí empezó un rescate que ha durado dos días, dos de los días mas difíciles de mi vida. De la cual podéis encontrar más información en cualquier medio. Yo podría escribir páginas y páginas; minuto a minuto lo que ha pasado, por que está todo guardado minuto a minuto. Pero no lo voy hacer por que es muy duro recordar todo lo vivido.  Donde mis amigos estaban a punto de perder la vida, donde hubo tensión, miedo, alegrías, broncas… Donde han participado más de 50 personas. Expediciones como Himalayan Exporers, de Russel. Como la expedición IMG. Las expediciones de los Benegas, Patagonian Brothers. La nuestra, Endesa Everest sin O2. Gente de países diferente, de culturas distintas, pero todos nos hemos entendido y hemos salvado la vida de unas personas. Esto es la montaña y sabía que tenia amigos. Pero en estas 48 horas me he dado cuenta que tengo más que amigos. Gracias a esta vida, por haber personas en el mundo como las que me rodean. Por esto merece la pena vivir.Estas 48 horas me han servido mucho más que muchos años que llevo en el Himalaya. Y con estas pocos párrafos quiero dar las gracias a todos, a todos estos HÉROES, que me han demostrado que merece la pena vivir y que la montaña es nuestra vida.

Nosotros, la expedición Endesa Everest sin O2, nos volvemos para casa. Estamos exhaustos y Vitor, nuestro meteorólogo, no nos ha dado una previsión buena para los próximos días. Es la mejor decisión para todos.

Gracias amigos.


Edurne Pasaban. Diario de expedición: Edurne Pasaban se vuelca en el rescate de los alpinistas españoles en el Lhotse

25 May, 2011

23/05/2011
Edurne Pasaban se vuelca en el rescate de los alpinistas españoles en el Lhotse
Edurne Pasaban, líder de la expedición de Endesa al Everest sin oxígeno, ha jugado un papel fundamental en la operación de rescate de varios compartriotas, en serios apuros el pasado domingo cuando descendían de la cima del Lhotse. Edurne Pasaban ha vivido el fin de semana más tenso desde que diese comienzo la expedición Endesa al Everest  sin oxígeno. El viernes, su asalto a cima se complicaba con la indisposición de dos de los sherpas del equipo en el Campo 4, a ocho mil metros de altura. Aunque mejoraron con el tratamiento administrado por sus compañeros, rachas de viento mucho más fuertes de lo pronosticado en los partes meteorológicos retrasaron la salida de los expedicionarios hasta más allá de los márgenes mínimos de seguridad para una escalada al punto más alto del planeta sin uso de oxígeno suplementario. Decidida desde el comienzo a no hacer uso del gas embotellado, Pasaban finalmente optó por la prudencia y abortó el intento, aunque dejando la tienda y el material listos para un nuevo asalto la semana que viene.Gracias a ello todos los expedicionarios regresaban al Campo Base sanos y salvos esa misma tarde. Sin embargo, no pudieron descansar tras los cuatro días de escalada y la noche – “toledana” en palabras de Edurne –  a 8.000 metros. Al caer la noche llegaban noticias preocupantes del Lhotse, (el ochomil anexo al Everest con el que comparte parte de la ruta): varios expedicionarios españoles habían hecho cima aquel día, algunos de ellos a horas muy tardías, tenían problemas de regreso al Campo 4. Al amanecer del domingo, se informaba por radio de que Carlos Pauner, Roberto Rodrigo e Isabel sufrían congelaciones y/o edema cerebral y que el andaluz Manuel “Lolo” Gonzalez no había regresado al campamento.En ese momento las expediciones en el campo Base iniciaron una operación de rescate extrema y Edurne Pasaban acudió al campamento de la agencia Patagonian Brothers, desde donde se coordinaban las labores. Los guías Argentinos Damian Benegas y Matias “Matoco” erroz, de regreso de la cima del Everest, no dudaron en cambiar de rumbo y ascender el Lhotse, hasta que encontraron a Lolo, incapaz de moverse y muy débil tras pasar la noche al raso a 8.100 metros, pero vivo a 8.100 metros. Las expediciones comerciales, frecuentemente criticadas, pusieron a disposición de los heridos todo su oxigeno y movilizaron todos los sherpas que estaban en condiciones de ayudar a Lolo. Edurne Pasaban participó en la coordinación del rescate, facilitó la comunicación entre equipos y, según informan algunos medios, no dudó en adelantar el dinero necesario para que el proceso no se retrasase por razones burocráticas.

Existen poquísimos precedentes de rescates realizados por encima de los ocho mil metros, pero la acción conjunta de todos los implicados ha dado sus frutos. Lolo era transportado en camilla por los argentinos y equipos de sherpas trabajando en turnos, hasta que ayer a medianoche llegaron al Campo 2, donde ya estaban siendo atendidos los otros heridos. Esta mañana, un helicóptero ha evacuado desde allí mismo a Lolo y a Roberto Rodrigo. Los demás han proseguido lentamente hacia el Campo Base, donde les esperaban los médicos de las expediciones de Edurne, Pauner y Himalayan Experience esperan para evaluar las lesiones, aplicar tratamientos y solicitar si es preciso nuevas evacuaciones por vía aérea.


Edurne Pasaban. Diario de expedición Everest son O2: Salimos hacia la cumbre

17 May, 2011

17/05/2011

Salimos hacia la cumbre
Por fin nos vamos para arriba. Ha llegado el día de salir hacia la cumbre del Everest. ¿Cómo estamos? Pues la verdad que físicamente muy bien, o eso es lo que dice Pablo, nuestro doctor. De nervios vamos sobrados, pero muy, muy nerviosos. Es normal, a todos incluida yo, los veo muy nerviosos pero creo que hemos hecho las cosas bien y todo nos tiene que salir muy, muy bien.
Hoy por la mañana, después de desayunar, nos hemos ido a nuestras respectivas tiendas a preparar las cosas. Es verdad que casi todo ya lo tenemos arriba, pero quedaban las tonterías, las banderas de la cumbre, los calcetines nuevos para la cumbre, las pilas para el frontal… esa cositas que cada uno tiene dentro de su tienda y las pasa a la mochila para llevarlas a la cima más alta del mumdo. Cada uno tenemos nuestras cosas, algún muñeco, alguna foto… Cosas intimas personales.
Mañana vamos a salir temprano hacia el campo dos, pues queremos llegar pronto para poder descansar. El jueves iremos del campo dos al campo tres. No es un recorrido largo, pero ya se coge altura y eso se nota mucho. Ese día que vamos al campo tres, los sherpas saldrán del campo base al campo dos, ya que ellos no duermen en el campo tres porque no les gusta nada. Les entiendo. Cuanto menos duermas en altura es mucho mejor. Ellos irán del campo dos directos al campo cuatro, al collado sur. Sí, sí, sí, son unas maquinas. Ya me gustaría poder hacer eso a mí y no dormir en el campo tres, pero eso solo está al alcance de unos cuantos, y entre ellos están nuestros sherpas. Por lo que nos encontraremos en el camino del campo tres al cuatro y todos llegaremos juntos al collado sur, a casi 8000 metros de altura, donde pondremos nuestro ultimo campo. Calculo que llegaremos hacia las 3 de la tarde. Nos acomodaremos como podamos en las tiendas y pasaremos el rato, ya que no se puede decir que dormiremos. Nuestra intención es salir hacia la cumbre a las 11 de la noche. Las primeras horas no van a ser las más duras y yo creo que lo más llegará cuando amanezca porque es cuando más frío vamos a pasar. Y eso nos va pillar entre el balcón y la cima sur. Será el momento mas crítico, donde vamos a tener que aguantar el frío y ser fuertes, sobre todo mentalmente. Dicen que hacia las 7 de la mañana en la cima sur pega el sol y eso nos va ayudar mucho. Después de la cima sur nos quedará la arista que lleva al escalón Hillary y desde aquí a la cumbre calculo que habrá unos 45 minutos. Y si todo va bien podremos hacer cumbre en el Everest.Nos queda mucho trabajo por delante como veis, cinco días entre subir y bajar, pero en cuanto mañana salgamos para arriba, todo pasará muy rápido. Esa es la experiencia que tengo. ¿Qué cómo estoy? Como os decía, estoy nerviosa, muy nerviosa, pero eso es normal. También tengo miedo, por qué no deciros la verdad, tengo miedo. Tengo miedo a la montaña, tengo miedo al frío, a ser capaz de aguantar el frío, tengo miedo a las congelaciones, eso es lo que más me preocupa. Todo lo demás no le veo gran problema. Intentaré estar tranquila e hidratarme lo máximo posible para evitar cualquier problema . Esa es la clave. Beber, beber y beber.

Estos días cuando estemos por ahí arriba, Pablo os ira contando cómo va todo y os contara las noticias de cada día. Creo que somos un gran equipo, con mucho ánimo y con ganas de subir a la cumbre del Everest sin oxígeno, y eso es lo que vamos a intentar hacer. Primero para nosotros, pero por supuesto también para vosotros, para todos los que nos estáis siguiendo y mandando todos estos ánimos. VAMOS A DISFRUTAR.

Besos para todos.


Edurne Pasaban. Diario de expedición Everest sin O2: Pendientes de que amaine el viento en la cumbre

16 May, 2011

16/05/2011
Pendientes de que amaine el viento en la cumbre

Escalando en el Pumori

Estos días no he escrito ni una línea  y no es por que no pase nada aquí en el campo base del Everest, quizás ha sido por que he estado encerrada en mí misma,  con pocas ganas de nada. Esto siempre me pasa a la hora de salir hacia la cumbre. Los nervios de la partida suelen presentarse así.Claro que pasan cosas, aquí casi todos los días la gente hace cumbre. Ya no sé cuántas personas han hecho cumbre en el Everest en esta temporada por que es imposible tener relación con todo el mundo. Muchos clientes de las expediciones comerciales ya han hecho cumbre y los helicópteros no paran de llegar todas la mañanas para llevarse a todos esos clientes a Katmandu, y a continuación a sus casas.

Y nosotros seguimos aquí. También nos gustaría poder hacer cumbre lo antes posible, pero la meteorología para nosotros no es del todo buena. Los que están haciendo cumbre lo llevan a cabo con oxígeno artificial y aunque tengan viento a la hora de llegar a la cumbre no tienen tanto problema. En nuestro caso, el viento tiene que ser casi nulo y eso parece que no va ser posible antes del día 20 y 21.

Por lo tanto, estos días hemos estado pasando el tiempo como podíamos en el campo base. Quizás lo más difícil es que todo esto que nos rodea no nos influya y que hagamos nuestra preparación para subir, pero cuesta. Algún día hemos ido a dar un paseo y otro fuimos a hacer Boulder al campo base del Pumori para intentar meternos en nuestro pequeño mundo y centrarnos en lo nuestro, en esperar ese buen día para la cumbre del Everest.

Según nuestro parte meteorológico, de Vitor Baia, dice que el 21 puede ser la mejor ventana para hacer cumbre, ya que el viento baja mucho. Los días anteriores, el 19 y 20 van a ser nubosos y con un poco de nieve, pero creo que nuestra opción es el día 21, por que de momento no se ve ninguna otra posibilidad.

Mañana será nuestro último día en el campo base antes de ir para arriba, ya sé como será, repleto de nervios y de preparativos minuciosos para que no se nos olvide nada. Son días realmente raros. Yo ya tengo ganas de salir de aquí y aunque sé que vamos a sufrir un poco, o mejor dicho un mucho, tengo ganas de tirar para arriba.

Mañana os contaré la última decisión antes de salir para arriba. Gracias a todos los que nos estáis apoyando y siguiendo, y por todos los mensajes de apoyo que nos mandáis.

Un abrazo


Edurne Pasaban. Diario de expedición Everest sin O2. «Hemos regresado muy cansados y vamos a descansar»

12 May, 2011

12/05/2011
Hemos regresado muy cansados y vamos a descansar

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Disculpadme porque no hayais tenido noticias mías hasta hoy. Regresamos ayer al campo base, comí algo, y me metí a la cama… Me levante para cenar y otra vez a la cama. Estaba destrozada. Ayer, a las 5 de la mañana en el campo tres, Asier ya me estaba despertando, diciendo que no había dormido nada. Recuerdo entre sueños que hacia las dos de la mañana todo cabreado me preguntó si tenía alguna pastilla para dormir. ¡Qué no podía dormir! No tenía dolor de cabeza ni estaba nerviosos. No sé que le pasaba. Luego, en el descenso, me veía a mi a su lado totalmente dormida y creo que se ponía mas nervioso. ¡Ja, ja, ja, ja, ja! La cuestión es que a las 5 de la mañana, con las primeras luces, ya estaba dando guerra y a las ya nos habíamos vestido, recogido el saco y ya teníamos los crampones puesto para empezar a regresar al campo base.

Hacía mucho mucho frío y cuando empezamos a bajar hacia el campo dos encontramos una gran hilera de gente en dirección contraria. Algunos iban al campo tres y otros, al campo cuatro, con intención de ir hacia la cumbre. Nos daba un poco de envidia al pensar que ellos ya iban para arriba, pero también pensamos que llegará nuestro turno.

Bajamos al campo dos en menos de una hora. El recorrido se hace muy bien porque la pared del Lhotse está muy bien equipada con cuerdas en ambas direcciones, una de subida, por donde iba todo el mundo que os comento, y otra de bajada por donde rapelábamos nosotros. Incluso de vez en cuando nos parábamos a saludar a gente que conocíamos y le deseábamos buena suerte.

Cuando llegamos al campo dos los sherpas aún dormían, pero Nati enseguida se puso en marcha para hacer un café. Tenemos una buena panorámica en el campo dos y las dos tiendas están montadas encima de un río. No nos habíamos dado cuenta hasta ahora, ya que todo era nieve, pero ahora con el calor se ha ido derritiendo y ha aparecido el agua. Y nuestras tiendas son una piscina, un problema que vamos a tener que solucionar en estos días. Como era muy temprano no podíamos moverlo todo porque estaba todo helado. Hay que hacerlo cuando pegue el sol. Por lo tanto, decidimos bajarnos todos. Recogimos y todos corriendo para el campo base, a buscar la comodidad.

Después de pasar el campo uno nos pilló todo el calor, en el Ice Fall, y desde ahí llamamos al campo base por walki para que nos salieran a buscar a la entrada de la cascada con algo de bebida porque estábamos deshidratados. Tuvimos suerte y al llegar allí estaban todos, con agua y coca cola. ¡No sabéis lo bien que entran! Y si te reciben los amigos de esa manera, mejor.

Como os decía, el día de ayer no me dio para mucho más que comer y dormir. Y para  llamar a mi madre, que siempre se preocupa. Hoy ha sido diferente, pero también un poco raro ya que no ha hecho buen tiempo. Todos estamos metidos en nuestras tiendas y creo que todos necesitamos descansar un poquito. Pablo nos ha mirado a todos y parece que todos estamos muy bien. Estamos muy bien aclimatados y esto da tranquilidad porque el trabajo ya esta bien hecho. Ahora lo que tenemos que esperar es el buen tiempo para poder ir para arriba.

Abrazos a todos


Edurne Pasabán. Diario de expedición: Toma de contacto con el campo IV

10 May, 2011

10/05/2011
Toma de contacto con el campo IV

Edurne cruzando las escaleras

Efectivamente, tal y como me dijeron ayer, no han madrugado mucho; llevaba ya un rato en la tienda de comunicaciones esperando su contacto, cuando ha sonado la radio: Asier me contaba que han dormido bien y sin pasar frío. De hecho, tenían ganas de revancha; Edurne ha cogido el «talkie» y me ha asegurado que se ha tomado un «Ensure» entero ella sola; que todos lo habían hecho; «Hala, Doc, para que te fastidies….!!». No hay como picarles un poco.
Los sherpas se habían adelantado, rumbo al campo 4. La tarea se adivinaba complicada porque se veía bastante nieve en altura. Efectivamente, a media mañana aparecían los problemas: Jamjbu anunciaba que no tenía fuerza y que se daba la vuelta, hacia el 2. Me he apresurado a aplaudir la decisión, no sea que el hombre se sienta obligado y nos metamos en un lío. No pasa nada.
Passang y Mingma han seguido camino y, a la hora de comer, anunciaban que habían llegado a destino. Han tardado 12h. en llegar desde el 2 hasta el 4. Eso sí, cansados, sobre todo por la gran cantidad de nieve que se han encontrado, y también la intensidad del viento. Dejaban un depósito asegurado y se daban la vuelta.
Mientras tanto, casi 1000m. más abajo, Nacho y Ferrán abrían el grupo rumbo al campo 3. Por lo visto, los dos aspectos más destacables eran una notable cantidad de gente (bueno, huella más fácil) y un calor intenso (malo, deshidratación y consumo de energía extra). Asier y Edurne les seguían a corta distancia.
Cuando los unos llegaban al 4, los otros hacían lo propio en el 3. Se han puesto a la tarea de establecerlo (recuerdo que hasta ahora estaba en depósito), lo que no les ha costado demasiado porque la temperatura no era un problema y, sobre todo, porque las «cunas» ya habían sido preparadas, como recordaréis, en un episodio anterior.

Campo 1

El buen humor seguía siendo protagonista. Todo ha ido saliendo según lo previsto, e incluso mejor. El único «fallo» de Jamjbu no es importante, ahora que lo sabemos a tiempo. Lo tendremos muy en cuenta a la hora de diseñar lo que venga por delante y, estoy seguro, lo transformaremos de un punto débil a uno fuerte. Sólo tenemos que asegurarnos que no se nos derrumbe ahora.
Nosotros, aquí abajo, hemos empezado el día con una mala noticia: hemos visto pasar por delante de nuestras narices una comitiva fúnebre que nos ha dejado helados. Resulta que ayer falleció un señor nepalí de 82 años que tenía intención de hacer cima y convertirse en el más anciano en conseguirlo. Ayer, al llegar al campo 1, por lo visto, dijo encontrarse mal y murió segundos después.
Analizado el caso, resulta que hemos podido charlar con testigos que se cruzaron con el buen hombre en la cascada de hielo. Sin ir más lejos, Edurne y Asier cruzaron con él unas amables palabras. El cuadro debía ser dantesco, pues el montañero debía casi arrastrarse, ayudado por un sherpa que tiraba de él y otros dos que le empujaban. Un par de comentarios diciendo «Yo lo que quiero es morir en la montaña!» daban ya pistas de que algo se olía este hombre, que había sido ministro de Nepal y ahora reclamaba mayor atención para la tercera edad.
Muy respetado, como lo demuestra la presencia de, al menos, una centena de personas que rodeaban su cuerpo en el helipuerto, descansa ya en espera de que mañana aparezca una aeronave que lo traslade de vuelta a Kathmandu, dado que hoy el tiempo lo ha impedido.

Oxigeno en el C2

Y como sólo queda seguir hacia adelante, hemos decidido ir al campo base del Pumori: Itziar, «Txo» y yo hemos salido dispuestos a pisar hierba, ver edelweiss y también la punta del Everest. Y…, no lo hemos conseguido; el tiempo se complicaba, la nieve ha hecho su aparición y, sobre todo, no hemos encontrado el camino adecuado. Y mira que lo hemos intentado, hemos subido y bajado peñas de todos los colores, seguido un montón de marcas del camino…, no ha habido forma aunque debíamos estar muy cerca. Lo volveremos a intentar.
Por la tarde, tal y como anunciaba Vitor, nos ha caído una buena nevada. No será la más copiosa desde que estamos aquí pero sí nos ha sorprendido porque ya hacía tiempo que no caía con tanta intensidad. En cualquier caso, se adivina muy esponjosa y no durará apenas un «round», en cuanto salga el Sol.
Una última conexión por radio con el campo 3 me anuncia, retadora, que están comiendo la comida liofilizada a la que tan importante papel concedo. A ver si tenemos suerte y acertamos con sus sensaciones en esta etapa. Si les gusta y la toleran, la aceptarán de buen grado. Si no, será difícil que me hagan caso. Claro que yo soy muy pesado….
Nos dicen, además, que su nevada ya ha cejado y ahora disfrutan de un cielo raso, de Sol radiante, que les garantiza unas vistas espectaculares que se apresuran a filmar. Buen parte, Victor!
Gracias, Josep, por el apunte: la cita de la buena suerte pertenece al libro «La buena suerte», de Alex Rovira y Fernando Trías de Bes (siempre es mejor citar al autor, verdad?).
Y como esta frase ha traído cola, voy a hacer referencia a mi buena amiga Cachu, que quiere recordar a nuestro admirado Seve Ballesteros con una frase en el mismo sentido: «Cuanto más entreno, más suerte tengo!».

Por Pablo Díaz-Munio
Doctor de la Expedición Desafío 14+1


Edurne Pasabán. Diario de expedición: Calma tensa y pendientes del estado del tiempo

9 May, 2011

09/05/2011
Calma tensa y pendientes del estado del tiempo

 Noche ventosa y húmeda, como queriendo despedir a nuestros amigos de mala manera; sin embargo, a las 07.00h., a la hora de la partida, el Sol se ha impuesto y la tarea se ha tornado más amable.
El más animado, sin duda, era Nacho; se sabe en forma, muy preparado y muy entrenado, y tiene ganas ya de ponerse a prueba, convencido como está del buen resultado.
Asier también está sonriente, como es él. Sin embargo, aún le hago un comentario al oido y me doy cuenta, por su sonrisa, de que he dado en el clavo: «No tengas dudas, estás preparado!!»
Ferrán…, aparece más serio y pensativo; en este caso, da igual lo que yo le pueda decir, hasta que no se vea ahí arriba y analice cómo se encuentra…. Lo que no me queda duda es que la decisión de bajar a cotas menores fue un acierto pleno; está mejor que estaba, pero ¿será suficiente?; yo creo que sí pero él aún no lo sabe.
Y Edurne…, no estaba de muy buen humor. No le gusta madrugar. Pero no es esta la clave; el caso es que está tensa y eso le puede. La conozco un poco ya y estoy seguro que mejorará en cuanto llegue a las cascada de hielo.
A las 10.40h. ya nos ha llamado Asier comentando que habían llegado al campo 1 sin novedad. Lo de siempre, y lo importante: beber, comer y descansar un poquillo. Y ¿Edurne?; he acertado, está encantada, sonriente, físicamente sobrada y…, gastando bromas al vecino. Todo va según lo previsto.
A las 14.00h. ya estaban en el campo 2. Han subido muy bien, sin incidencias notables. Y me alegro. Sin embargo, yo hubiera preferido que hubieran madrugado un poco más y haber cruzado el Valle del Silencio con menos calor del que les ha tocado.
Efectivamente, las tiendas están casi intactas (tan solo se ha roto una varilla, ya reparada con su repuesto correspondiente) y nuestros sherpas también. Pero parece que el espectáculo ahí arriba es dantesco, pues aseguran que una veintena de tiendas han quedado inservibles. Qué importante fue la decisión de subir a asegurarlas en su momento!!! Y aquí más de uno diría… «qué suerte han tenido!»; y yo, en cambio, opino, «qué buenos son!!, cómo vieron la necesidad de subir a realizar esa tarea a tiempo!!».
Como leí hace poco (lo siento, no recuerdo su autor), «la suerte se tiene o no se tiene; la buena suerte la crea uno mismo».
Ya todos reunidos en el campo 2 (los sherpas han realizado su tarea en el 3 sin novedad), están descansando y dedicados a las rutinas de un campo de altura, esta vez algo más fáciles porque disponen de una gran infraestructura gracias a un recuperado Ngati («Thank you, Sir, that medicine is very good!»; «Ngati strong!»; yo, sin embargo, no me fío del todo aún…).
Aquí, en el base, la actividad ha sido muy distinta. Solemos aprovechar los días en los que ellos no están para las tareas de aseo: ducha, colada, etc., de manera que nos repartimos un poco y no saturamos a nuestros ayudantes de campo.
Calma tensa, por tanto. Y pendientes de Victor, a ver si nos confirma las previsiones que tenemos de nubes pero poco viento.

Por Pablo Díaz-Munio
Doctor de la Expedición Desafío 14+1


Ueli Steck vuela en el Shisha Pangma

3 May, 2011


El alpinista suizo Ueli Steck escala los dos mil metros de la cara sureste de este ‘ochomil’ en 10 horas y 20 minutos

Si el alpinismo fuera deporte olímpico, Ueli Steck sería el Jim Thorpe de las montañas. Considerado el más importante alpinista de la actualidad, este escalador suizo acaba de realizar una de las ascensiones más meritorias jamás realizada en el Himalaya: la cara sur del Shisha Pangma (8.027 metros).

Recién inaugurada la temporada de escaladas en el Himalaya, el suizo nacido en 1976 en Emmental, ha realizado una ascensión con su inconfundible firma. En 10 horas y 20 minutos se ha hecho con la prestigiosa cara sureste del Shisha Pangma, por un itinerario parcialmente nuevo.

Ueli Steck

El recorrido tiene dos mil metros de desnivel y una inclinación de 50º-55º sobre nieve, hielo y terreno mixto (roca y hielo). La pared está considerada una de las más prestigiosas del Himalaya. Steck ha subido en solo integral, es decir sin colocar ninguna cuerda o punto de seguro en toda la ruta.

En principio, estaba previsto que le acompañase el canadiense Don Bowie, pero en el momento de iniciar la escalada, éste se sintió mal, continuando en solitario el suizo. Con la intención de reconocer la pared y aclimatarse, Steck partió del campamento base avanzado a las 22.30 horas, alcanzando el inicio de las dificultades dos horas y media después.

Enseguida comenzó a ganar altura con rapidez, aunque el estado de la ruta que tenía pensado acometer (Británica de 1982), le hizo derivar al extremo derecho de la pared. Allí ascendió por una ruta parcialmente nueva que transcurre entre las rutas Wielicki y Girona. Cuando alcanzó la altura prevista de 7.200 metros, en vez de darse la vuelta, decidió continuar hasta la arista cimera, en cuya cercanía dejó todo el material, continuando prácticamente a la carrera hasta la cima principal, separada un kilómetro aproximadamente.

Ueli Steck pisó cima exactamente 10 horas 20 minutos después de iniciar la escalada. De inmediato empezó el regreso. Tras intentarlo por el mencionado itinerario británico, desistió por el mal estado del mismo, regresando al pie de la pared por la ruta que había recorrido poco antes.

Ruta de escalada

“Me tomo tiempo para preparar un poco de té. He estado escalando durante 18 horas seguidas y sólo he bebido litro y medio. Luego cambio las botas de alpinismo por las deportivas; me siento más cómodo y bajo mucho más rápido y ágil. Estoy cansado, pero menos de lo esperado. A las 18:30 horas me siento en el campamento base”. Así relata Steck los últimos momentos de su memorable escalada.

The Swiss Machine

En opinión de Steck, en la montaña la rapidez es seguridad “y, sobre todo, pureza de estilo”. Un estilo que choca frontalmente con la mayoría de ascensiones que se producen en los ochomiles. Ascensiones por las facilonas rutas normales, carentes de la menor dificultad y soportadas por toda clase de medios y apoyos, como cuerdas fijas, oxígeno y potentes equipos de sherpas. Una manera de subir montañas que está más cercana al turismo que al reto deportivo.

Frente a ello, Ueli Steck conocido como The Swiss Machine, opone rapidez, austeridad de medios y preparación absoluta. Como en tantas otras cosas, en el alpinismo las comparaciones resultan odiosas, pero los datos corroboran la clase con que el suizo realiza sus ascensiones. Esta escalada sólo ha sido posible por su estilo, al ser realizada una ventana de buen tiempo de día y medio. Poco más de lo que empleo en su meteórico viaje campamento base-cima-campamento base: 20 horas y al primer intento.

Algo imposible para lo que nos tienen acostumbrados los ochomilistas. Edurne Pasaban, por ejemplo, para subir por la ruta normal de esta montaña necesitó el año pasado tres semanas de asedio, apoyada por un fuerte equipo y después de cuatro intentonas fallidas en temporadas anteriores.

Todo lo contrario que los logros de Steck, que han elevado los límites del alpinismo hasta extremos impensables. En su mochila están las ascensiones más meteóricas de las “Tres Caras Nortes”, las tres paredes más difíciles y peligrosas de los Alpes: Cervino, Grandes Jorasses y Eiger.

Sus horarios lo dicen todo. La primera, 1.200 metros de desnivel, 1 hora 56 minutos. La segunda, misma longitud, pero mayor dificultad, 2 horas 21 minutos. La tercera, 3.800 metros de recorrido, 2 horas 47:33. Los horarios habituales son de dos días de escalada con un vivac intermedio en la pared.

Así, con segundos y todo, es como cronometra Steck sus escaladas, siempre realizadas en el más estricto estilo solo integral. “La escalada en solitario es la forma más pura y más alta de alpinismo y me hace alcanzar la dicha extrema”, afirma convencido sobre su modo de escalar que, lógicamente, no permite el menor fallo.

Steck ha trasladado su estilo al Himalaya, donde su ascenso a la cara Norte del Tengkampoche (6.500 metros) en compañía de Simon Anthamatten le hizo merecedor del Piolet de Oro, el galardón más prestigioso del alpinismo. No contento con esto, Ueli Steck tiene previsto acometer en los próximos días la cara norte del Cho Oyu (8.201 metros) y, de postre, la cara Norte del Everest (8.848 metros). Todas ellas, por supuesto a la carrera y sólo con lo puesto.

Ueli Steck: Eiger record. De la película «Máquina Suiza» («Swiss Machine»), que forma parte del Tour 2010 Reel Rock y creado por Sender Films. Para obtener más información, por favor visite su sitio, www.senderfilms.com.
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Erhard Loretan fallece guiando en montaña

29 abril, 2011

FUE EL TERCERO EN TERMINAR LOS CATORCE OCHOMILES

Erhard Loretan fallece guiando en montaña

La tercera persona en completar los Catorce, con un historial impresionante, falleció ayer guiando en el Grünhorn.

Desnivel.com – Viernes, 29 de Abril de 2011

Erhard Loretan (© Darío Rodríguez/Desnivelpress.com)

Ayer, jueves, día de su 52 cumpleaños el gran alpinista suizo Erhard Loretan fallecía cuando guiaba una ascensión al Grünhorn (4.043 m), en el Valais, y su cliente está hospitalizado en estado grave.

El accidente se produjo a unos 3.800 metros. Loretan y su cliente habían llegado con esquís al Grünegghorn, donde los dejaron, para escalar la montaña, tal vez por la arista suroeste que es la ruta normal. Por razones desconocidas se produjo una caída de 200 metros hacia la cara noroeste.

La caída fue vista por otros alpinistas que llamaron a los grupos de rescate. Loretan ya había fallecido cuando llegaron al lugar, pero pudieron evacuar a su cliente a un hospital.

El historial de Erhard Loretan es impresionante. Sólo su escalada en estilo alpino del Everest con su habitual Jean Troillet en 31 h por la cara norte (una variante a la Ruta Japonesa del Corredor Hornbein) y descenso en 3.30 ramaseando (30-8-1986) valía más, a juicio de Messner, que varios ochomiles juntos.

Fue siempre fiel al estilo ligero y alpino, y uno de los primeros en criticar el uso de oxígeno: “Soy un extremista en este aspecto”; las cuerdas fijas: “es una pena poner cuerdas fijas en el Everest”; y la colección de los Catorce ochomiles: “Si se quiere entrar en esta dinámica habría que hacerlo estableciendo varias categorías: los que llevan oxígeno y los que no. A mí esto no me interesó en absoluto, nunca he querido coleccionar los Catorce hasta el 94: tenía 12 y quería cerrar un capítulo. Sí, yo también caí en la trampa”. “No me interesan las listas de montañas, ni de los Catorce, ni de las 7 Cumbres”. En 1996 había escalado 22 ochomiles, 14 principales y 8 secundarias.

Después de escalar los Catorce Ochomiles, realizó otras escaladas himaláyicas en picos de altitud inferior, entre ellas un intento en estilo ligero al Jannu. No aceptó el proyecto de escalar los Catorce en un año aunque le ofrecieron “mucho, mucho dinero”: “La idea de hacer montaña solo por dinero no me interesa: quien va por dinero no vive mucho tiempo. Prefiero hacer trabajos verticales, carpintería o, lo mejor, trabajar como guía. Porque, sobre todo, lo que me gusta es estar en la montaña”.

En 2001, Loretan vivió una terrible tragedia. Su hijo falleció debido al síndrome del niño sacudido. La proyección mundial de Loretan contribuyó a la difusión de la noticia. Él fue condenado a cuatro meses de prisión en febrero de 2003.

Para él, seguridad y alpinismo resultaban compatibles aunque el riesgo cero no sólo no existe sino que es la esencia: “Nunca busqué itinerarios peligrosos. Siempre hay que hablar de seguridad entre comillas, si estamos seguros de que nada nos puede ocurir, entonces mejor quedarse en casa. Esa falta de seguridad obliga al alpinista a hacer un cálculo sobre el terreno. Si yo estuviera seguro de no tener que resolver ningún problema cuando salgo a la montaña ni siquiera iría”.

Carpintero ebanista y guía de montaña, amaba ambos oficios: “Ser guía de montaña es un oficio extraordinario, la gente viene con sus sueños y yo les ayudo a realizarlos”.

Erhard Loretan (de la Enciclopedia de la Montaña, por Juan José Zorrilla)

Loretan, Erhard (Suiza, 1959). Es el tercer hombre en lograr los catorce ochomiles del planeta. Nacido en Bulle, cantón de Friburgo (28-4-1959), su primera escalada es a los 11 años, el Dent de Broc (AD+). Entre 1971/76 es ayudante de guarda del refugio suizo de Fründen. A los 15 años hace la arista este del Doldenhorn, su primer ED, y a los 17 la Cassin a la Ovest di Lavaredo. De 1977 a 1979 recorre el macizo de Mont Blanc repitiendo las grandes clásicas: couloir norte de los Dru, norte del Angle, Supercouloir al Tacul, La poire al Mont Blanc en solitario, etc. También abre una vía mixta ED en Les Droites. En 1980, tras subir en invierno la norte del Cervino, viaja a la Cordillera Blanca, donde hace tres primeras: sur del Palcaraju y del Caras I, y arista oeste del Ranrapalca. En 1981 abre diversas cascadas en Suiza. En 1982 emprende su primera visita al Himalaya, al Nanga Parbat. En 1983, además de su encadenamiento himaláyico en el Karakorum con Marcel Rüedi durante 17 días, escala en invierno el Pilar Messner a la norte de Eiger. En 1984 sube el Manaslu y el Croz de las Jorasses; también recorre en cuatro días los 7,5 km de arista de los Annapurna, siempre sobre 7.300 m. (para él mismo la experiencia más dura en el Himalya hasta el momento). Al año siguiente, hace el K2, Les portes du chaos de la norte del Eiger en el día, y la invernal del Dhaulagiri, sin material de vivac.

Con André Georges encandena en 19 días 38 cimas alrededor de Zermatt–30 cuatromiles entre ellas–, en invierno (14-2/4-3-1986). También en 1986, tras subir el Everest, abandona en el Cho Oyu a 7.200 por la muerte de Pierre Alain Steiner. En 13 días del invierno de 1989, escala 13 nortes del Oberland suizo (un accidente frustra el proyecto en 1987). Entre medias, en 1988 abre con Wojciech Kurtyka su vía a la Torre sin Nombre. En 1994 sube solo el Mt. Epperly (4.700 m) por una nueva ruta, en la Antártida.

Su método para estar el mínimo tiempo en la zona de la muerte es subir ligero y rápido, sin vivaquear a ser posible. Mientras él consumaba los catorce con Troillet, fallecía Benoît Chamoux*, lanzado contra él por los medios de comunicación a una carrera por ver quién era el tercer hombre en conseguirlo (aunque Chamoux no se le reconoce el Shisha Pangma Central). Es de profesión ebanista y guía de montaña.

Los catorce ochomiles de Loretan

1.º Nanga Parbat: con Norbert Joos por Diamir (10-6-1982).
2.º Gasherbrum II: con Marcel Rüedi, encadenado con el G-I y Broad Peak (15-6-1983).
3.º Gasherbrum I: con Rüedi (23-6-1983).
4.º Broad Peak: con Rüedi (30-6-1983).
5.º Manaslu: arista NE con Norbert Joos (30-4-1984).
6.º Annapurna: con Joos, encadenando las tres cumbres por la arista oriental de 7,5 km (24-10-1984). Annapurna Este (23-10-1984). Annapurna Central (24-10-1984).
7.º K2: con Jean Troillet y Morand por el Espolón de los Abruzzos en 14 h tras un intento de apertura en la cara sur (6-7-1985).
8.º Dhaulagiri: por el Este con Troillet y Pierre-Alain Steiner en 4 días ida y vuelta (8-12-1985).
9.º Everest: con Troillet en un récord en 31 h por la norte y descenso en 3.30 deslizando sobre la culera (30-8-1986).
10.º Cho Oyu: nueva vía por la cara SO con Troillet y Kurtyka en 27 h (21-9-1990).
– Shisha Pangma Central: abre una nueva vía de 2.000 m de la cara sur con Troillet en 22 h ida y vuelta (3-10-1990).
11.º Makalu: por el Pilar Oeste con Troillet (y Badiola (†descenso) y Vallès) tras intentar la cara oeste (2-10-1991).
12.º Lhotse: con Troillet sin completar la prevista travesía al Lhotse Shar (1-10-1994).
13.º Shisha Pangma: regresa para completar los Catorce (29-4-1995).
14.º Kangchenjunga: con Troillet (5-10-1995).